En Marzo...
“Mujeres del
mundo griten su presencia
vuelquen lo
que saben en cántaros de vida
y renazcan
siempre con sabiduría, con sabiduría
“
Estos versos, parte de un himno femenino,
y que nació acá en Mendoza, nos propone romper los corsés que nos impusieron a
las mujeres desde los anales de la humanidad, esos que van adecuando a los distintos
momentos históricos, pero que siguen siendo una jaula donde estamos atrapadas.
Por eso fieles a esta consigna, hoy,
en el que además se realiza la Fiesta de la Vendimia, nosotros no invitamos a
una reina. Consideramos que llamar a una mujer reina es un recorte monárquico,
exigencia de belleza estandarizada, una manera de limitarnos a un objeto de
adorno. No, nosotras, invitamos al Kallfu
Trawün, es decir a
nuestro lugar de la Literatura en Trawün, a la hacedora, entre mucho más, de
ese himno de las mujeres que citamos al principio. Convocamos a una mujer
profunda, bella con la belleza de haberse animado a romper con moldes. Sabia,
porque sabe respetar el silencio lagunero, se suma al canto de las vainas de
algarrobas y de las tormentas sobre el arenal. Humilde y deseosa de aprender de
las mujeres y los hombres dueños de esta tierra devastada por las sucesivas
conquistas, como lo es la exaltación de una Mendoza solo de vides y vendimias.
Una mujer coplera, con una voz que atraviesa cualquier coraza, voz que se
manifiesta en las melodías que interpreta y en las letras que traducen
sentimientos, ideología y hondo compromiso. Una maestra de niños y niñas en
escuelas primarias, pero también en el camino de ayudar a otras mujeres a
encontrar su propia voz. Madre, artesana, artista... Sandra Amaya.
Sandra conmueve con la copla que nace
desde el centro de su “cuerpito de arena y su alma de junco”,
como afirma en sus cantos. Artesana, teje su arte desde una concepción
sudamericana, de respeto a la Madre Tierra y a la Naturaleza. Sus canciones
narran historias que dan cuenta de la sabiduría de lo simple y resaltan una
forma de vida que quiso silenciarse, aun más, borrarse, pero que resiste y
crece, crece y resiste.
“Cada
tema, cada canción, es una parte de mi entorno, y del entorno de tantos. Es el
grito de mujeres, niños y hombres de Sudamérica, que dicen lo mismo con otros
lenguajes, con otras palabras, otras miradas, otros caminos de expresión, otros
contextos sociales, otros tiempos…
Me siento
traspasada por la historia… Me siento nosotros… parte del todo.” Escribe en
su libro “Canto libre”, que está en gestación.
Comenzó a
transitar los escenarios con el grupo Quinua, hace un tiempo. En 1999, por
sugerencia e insistencia de Silvia Bazán (una madrina), se presentó y ganó un
concurso de la Secretaría de Cultura, lo que le permitió grabar su primer disco
“Arena y Junquillo”, con temas propios y otros de Atahualpa Yupanqui, Chango
Rodriguez y algunas coplas andinas populares.
Su segundo
álbum, en este caso todos las composiciones fueron propias, se presentó en
2005. Se llama “Mensajes de la Tierra”.
Actualmente,
trabaja en un tercer álbum.
Además de sus
proyectos como solista, participa del grupo “Sonido Guay Ñeñé”, una mixtura de música de raíces
ancestrales populares -tonadas, vidalas, bagualas, cantos con caja- y sonidos
digitales actuales, mezcla de semillas del folclore sudamericano con el latido
de la cumbia digital.
“Soy alegría, porque puedo soñar,
inventar colores, equivocarme, pedir perdón, llorar, caer y estar segura de que
si no muero en la caída, puedo seguir adelante. Digo soy y digo somos…
Soy tierra,
porque me siento mujer-greda, cielo sin nubes, verde hojita, piedra tibia,
chilca y junco, brisa, charco, médano… Digo soy y digo somos…
Soy fuego y
pasión… viento zonda … “apunador, jadeante” como dice el alma huarpe-paceña de
don Félix Palorma…
Soy
música, pensamiento y sentir…mucho
sentir
… calma, silencio, mucho silencio,
pausa… confusión… mucha confusión… rebeldía.
Soy
guerrera…como decía mi hermano espiritual, Valdo: -“Nosotros somos guerreros y
nuestro camino, es el camino de la música…somos puentes”. Declara
también en el libro.
Es así, la
Sandrita es un puente, para alentar a muchas y muchos a penetrar debajo de la propia
piel, quebrar prejuicios y dejar salir la voz, la imprescindible voz que no se debe
callar. Algunos de estos puentes son los talleres de expresión a través del
canto que viene realizando desde hace unos años. Actualmente aquí, en Trawün ,
un grupo de mujeres nos reunimos para encontrarnos con nuestra cantora.
Por eso en
el mes en que se conmemora el día de la mujer, día de lucha por los derechos de
las mujeres, y también de los hombres que quieren romper con los estereotipos, en
Kallfu Trawün celebramos al compartir la palabra de Sandra Amaya, mujer,
coplera, poeta, madre, maestra y, afirmo en mapugundún, nuestra machi.
Los invito a
sumergirse en las honduras de su sensible poesía, que además, porta la
maravilla de ser canción .
Fragmentos de su libro “Canto libre”, de próximo nacimiento
Fragmentos de su libro “Canto libre”, de próximo nacimiento
“Cuando necesito ver, cierro mis ojos, mi piel percibe y mi corazón se
expresa…
...
será por eso, que en un abrir y cerrar de ojos, la vida puso a mis emociones,
en caminos insospechados. La capacidad de sorprenderse no debiera agotarse…
nunca. Es esa capacidad, la que
nos invita a buscar más, a perder el miedo a lo nuevo y desconocido, la que
mantiene el entusiasmo a flor de piel, la que nos permite cerrar un ciclo
porque sabemos que se abre otro, y queremos saber de qué se trata, la que nos
alienta a romper viejas estructuras para darle lugar a otras nuevas, esa
capacidad de sorprendernos es la que llena de colores el andar, la que nos
invita siempre a recorrer nuevo caminos, a conocer nuevas almas y a tirarse al
abismo con las manos vacías. “
“El espacio de la expresión popular, es un territorio
colorido, alegre, festivo, dinámico, creativo. Es un territorio espiritualmente
muy conectado con los ciclos naturales, por esto la Madre Tierra es un ser superior
tan respetado y cuidado, y muchas comunidades conservan el hábito de hacer
ceremonias o rituales para agradecer y ofrendar, con alta conciencia del
cuidado del planeta. Y por eso también, muchos grupos humanos festejan el
encuentro, como un momento importante, desde la expresión misma, desde el canto
y la danza, inherentes a nuestra existencia, quiero decir, desde la
espiritualidad.
Me siento parte de este pensamiento, en el
que la expresión está ligada directamente a lo intangible. Y desde aquí, es de
donde puedo escribir sobre la expresión popular. “
“El decir popular guarda sabiduría,
conocimiento y humor. Si somos indiferentes a ese saber, perdemos fuerza
colectiva. Muchas expresiones de
la vida cotidiana de las personas, están embebidas de un conocimiento
transmitido de generación en generación. Un saber que nos permite comprender el
pasado y el presente. Nos permite unir el antes y el ahora con congruencia, con
un hilo conductor que nos hace comprender y comprendernos en este contexto
histórico, político, económico y social. En ese saber, encontramos muchas
respuestas que nos permitirían dar los pasos siguientes con un poco más de
seguridad, compromiso y fundamento. Si a este proceso de formación e
información, le abrimos la puerta a la alegría como condimento cotidiano de
nuestras vidas, ni la mayor pobreza material nos abate.”
“Y andaba
por las huellas de las cabras, cantando fuerte, con gusto. A lo mejor el
paisaje, como parte del público,
se unía a mi voz, o al revés, mi voz se sumaba de a poco a los sonidos del
paisaje, y era parte del todo. Me perdía entre el monte y el sol, entre el agua
y las estrellas. Canté de noche y canté de día. Canté cuando el sol daba fuerte
en el rostro, canté cuando el frío me entumecía la lengua, y canté cuando la
lluvia nos inundaba las camas. Canté cuando faltaba el agua y cuando corté
junquillo. Y de tanto cantar, aprendí a hacer silencio, y a escuchar el tiempo
lagunero. “
Caluyo Del Desierto (Caluyo)
Semillita
de chañar,
semillita
de algarroba,
tomate
el tiempo preciso
pa’ver
tu fruta madura.
Viajera
nube del campo,
no
pasés moviendo arenas,
bajate
en gotitas frescas
que
no se quede la seca.
San
Vicente aquí en el monte
del
desierto lagunero
tiene
vinos, tiene velas,
cuequeros
y guitarreros.
Estribillo
Llové
cielito, llové,
humedecenos
el alma,
así
no se muere el choique,
las
chuñas, ni las iguanas,
llové
cielito, llové!
Cólpicho
rojo y pachango,
albaricoque
y tunal,
emponchados
de rocío
ríen
en el arenal.
Lunita
ponete opaca,
para
saber que viene agua,
y
en el río se reflejen
los
ojos de la majada.
San
Vicente aquí en el monte
del
desierto lagunero
tiene
vinos, tiene velas,
cuequeros
y guitarreros.
Estribillo
Llové
cielito, llové,
humedecenos
el alma,
para
que crezca el junquillo,
la
jarilla, la retama,
llové
cielito, llové!!
Quinua
Los
vientos te dieron alma
el
agua favoreció
el
ritmo de tu vidita ay,
semilla,
tanto dolor.
Fuiste
alimento del hombre
que
idolatró tu bondad
y
ahora qué poco quedas ay,
semillita
dónde estás.
Le
pido a la Madre Tierra.
que
te abrigue junto al sol
que
te dé todas las fuerzas
para
seguir brotando.
Quinua,
granito de sol,
andina
te han de llamar,
por
vos cortaron lo brazos
que
te quisieron amar.
Los
rituales y los campos
aún
te esperan con consuelo,
ahora
que nadie prohíbe
que
alimentes a tu pueblo.
La quinua es una
planta que era sagrada para los pueblos andinos. Además de que las semillas
tienen un alto valor nutritivo, para los pueblos originarios, tenía un sentido
espiritual y era utilizada en diversas ceremonias. Debido a ello, los
conquistadores prohibieron su cultivo e instauraron el castigo de cortar los
brazos de los que transgredieran esta orden.
Entre
suspiros
Si el deseo que te inquieta, está dormido,
y es el
miedo el que te empuja los latidos,
no le des
esperanza al desespero
ay, sí! Es
el tiempo… ay, no! Da sentido.
Percibí el celeste de tu cielo,
cuando el
vuelo nos llevó hacia el horizonte,
donde se
unían tus sueños y los míos
entre
suspiros, locuras y razones,
ay, sí!
Entre suspiros… ay, no! Y razones.
He querido que el tiempo se detenga,
y es en
vano insistir con las palabras,
tus pasos
iban marcándome el destino
igual quedo
en tu dulzura relajada,
ay, sí! En
tu dulzura… ay, no! Relajada.
Es el
tiempo…
El que da sentido
Entre suspiros
Y razones
Qué locura
Y me quedo en tu dulzura
Relajada, y enamorada.
Y enamorada, y enamorada…
Mujeres
del mundo
Mujeres del mundo , no se desesperen,
busquen su destino,
alcen bien sus frentes
desanden caminos, que
las confundieron
recorran senderos de
colores nuevos,
vuelquen lo que saben
en cántaros de vida
y renazcan siempre
con sabiduría,
con sabiduría.
Mujeres de leche,
mujeres nativas
mujeres del llano,
mujeres andinas
jóvenes, adultos,
abuelas y niñas,
fuerza es lo que
sobra, si estamos unidas.
Caminen erguidas, así
las escuchan,
no bajen las manos,
sigan con la lucha,
suenen bien sus
voces, digan lo que piensan,
mujeres del mundo
griten su presencia
vuelquen lo que
saben en cántaros de vida
y renazcan siempre
con sabiduría,
con sabiduría.
Niños
nativos
Niño
de caña y de barro
sos
pura marginación,
pies
desnudos, alma ingenua,
no
estás solo, somos dos.
Este
mundo se ha llenado
de
niñitos como vos,
que
alguna vez fueron uno
con
la tierra y con el sol.
Solita
no ando el camino,
bien
acompañada voy,
por
eso busco tu rastro,
yo
sé que no se perdió.
Mi
corazón busca al tuyo,
hermano
de sangre soy,
rompimos
nuestro silencio,
no
estás solo, somos dos,
ay...
tu rastro no se perdió.
Recitado
Del
desarraigo a la marginación nos llevaron,
de
los espejos de colores, a las falsas promesas con engaños,
del
despojo de nuestros dioses a fríos templos de mármol,
de
la tierra al asfalto,
de
lo compartido a la soledad,
del
equilibrio a la confusión,
del
conocimiento al olvido,
del
encuentro a la dispersión,
de
lo mucho a lo escaso.
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