sábado, 14 de septiembre de 2013

En setiembre Nazareno Bravo, Mariano Salomone y Gabriel Liceaga en Kallfu Trawün


En setiembre, mes signado como el de la juventud, cambiamos la dinámica del espacio Kallfu Trawün para invitarlos a conocer un poco sobre el libro (Re)inventarse en la acción política” y algunas reflexiones alrededor de la historia, la participación política  y los jóvenes.
Setiembre es el mes para renacer. La vida, latente durante el frío, explota en sus brotes. El 21 es el día del ritual, el picnic y el compartir, ese reverdecer de las naturalezas: las plantas, los pájaros, también los amores, los sueños... Festejos que empiezan días antes y se prolongan.
Lamentablemente, en la historia de nuestro país, el 16 de setiembre de 1976, recordado como “La noche de los lápices”, se erige como una gran nube amenazante que encapota el Sol del equinoccio. En la noche de ese día, amparados y a tono con las oscuridades, los esbirros de la dictadura secuestraron a chicas y chicos que luchaban por el boleto estudiantil, pero que, en la mayoría de los casos, tenían prácticas políticas en barrios y agrupaciones. El hecho tiene relevancia, no solo por lo puntual de la desaparición de la mayor parte de estos jóvenes, sino por constituir apenas un atisbo de la multitud  de secuestrados, torturados, muchos que nunca volvieron, y por el fuerte impacto aleccionador, que implicó el repliegue en la participación política de estos grupos.
En los años 60 y 70, instituciones como partidos políticos, agrupaciones de estudiantes, sindicatos, ofrecían un espacio creíble para los jóvenes donde desplegar su compromiso, solidaridad y lucha. Los sueños, las utopías, la necesidad de transformar una sociedad injusta, eran banderas levantadas por chicas y chicos de secundario y universidad sin temor a represalias.
El golpe militar, ese martillo que aplastó tantos cráneos, en forma literal y simbólica, desarticuló las organizaciones de esta índole. La imposición del silencio, el toque de queda, el miedo, obturó las perspectivas de intervención en prácticas políticas de los jóvenes,  aunque no solo de ellos.
El retorno de la democracia, significó una breve primavera, que se desvaneció frente al daño sufrido en el tejido social y a la continuidad del proyecto económico iniciado con Martinez de Hoz. A la falta de credibilidad en las instituciones, se le sumó una exacerbación del individualismo, una distensión del compromiso, la instauración de una cultura del consumo. Además, las presiones del poder, de militares y civiles, forzaron la aceptación acrítica del mandato del olvido, justificada con la teoría de los dos demonios y la apología a mirar hacia adelante para cerrar las heridas, en lo social, y las leyes de obediencia debida y punto final, en lo jurídico. Así se construyó y abonó el desprecio por las prácticas políticas.
En contrasentido, la lucha decidida de unos pocos, que no cedieron ante la obligación del olvido, sirvió para la proliferación de grupos políticos que bregaron por mantener viva la memoria.
En tiempos muy difíciles, cuando transcurría la década infame de los años noventa, nació, con la fuerza de sus raíces rebeldes, la agrupación H.I.J.O.S. La formación con los hijos de  “Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio”, representa un hito importante, porque otra vez los jóvenes salen a las calles, alzan sus estandartes y enfrentan a los responsables de la desaparición de tantos y tantas, denuncian el genocidio. Con sus ideales y la audacia de transgredir la orden de olvido, de fracturar el desencanto que llevó a muchos a la desidia y al descreimiento en las construcciones políticas, comienzan a tejer redes junto a otros grupos que se desarrollan y crecen.
Y porque creemos que es imprescindible reconstruir, hebra a hebra, los agujeros que le hicieron a nuestra sociedad; porque entendemos la memoria, no como un registro estático del pasado, sino como alas para volar cielos más justos y estamos convencidas, que tuvimos que “reinventarnos” como sujetos políticos, los invitamos a conocer las experiencias que retratan Nazareno Bravo, Mariano Salomone y Gabriel Liceaga en su libro.

El libro (Re)inventarse en la acción política, recoge tres experiencias de prácticas políticas colectivas en territorio mendocino. Se trata de investigaciones sociológicas sobre la Biblioteca Popular del Barrio La Gloria, la toma de terrenos de la estación del ferrocarril y las luchas campesinas en Lavalle. En estos tres casos, la memoria y el territorio son ejes desde donde los grupos se construyen y (re)inventan sus prácticas colectivas.
El barrio como razón de ser y hacer. La biblioteca popular Pablito González, del estigma a la organización.  
NAZARENO BRAVO













Este capítulo busca ofrecer al lector un análisis de los procesos de participación comunitaria que pueden ser postulados como propios de los sectores populares contemporáneos. Lo que se pretende es señalar la relación que existe entre identidad y acción colectiva, específicamente, los procesos sociales que intervienen en la construcción de un proyecto comunitario encabezados por jóvenes de un barrio estigmatizado.


La idea de sostener un trabajo colectivo independiente refuerza la necesidad de algún tipo de organización que permita la continuidad.


  “Entonces, cuando decidimos esto, dijimos ”bueno, están los libros, también vamos a ofrecer talleres, pero con la finalidad de empezar a formar y a formarnos nosotros en algo nuevo y hacer de la comunidad del barrio La Gloria una cuestión nueva”. Hasta acá, los políticos siempre nos han forreado, hasta acá no tenemos la posibilidad de un espacio concreto, real de participación... No hay en la comunidad un espacio de participación cierto. La idea de la biblioteca es unificar, es contribuir a un proyecto de comunidad distinto al que había hasta ahora, que ofrezca la posibilidad de participación... Digamos, de democratizar y de hacer más accesible al vecino el poder opinar, poder decidir sobre su futuro. La cosa es esa, la cosa es vernos distintos, poder mirarnos diferente. Que no sea una cuestión de juntarse una vez al año o cuando tengamos ganas, sino de poder laburar y construir un espacio que se sostenga en el tiempo, que nos dé la posibilidad de participar en la vida de la comunidad”            
Claudia, 2006


“ Después había que tener un nombre, un nombre que nos identificara. Teníamos la idea, los libros, las ganas de inaugurar, pero no teníamos nombre. Nos juntamos a ver eso... Unos habían propuesto Biblioteca Saber, me acuerdo, cada una de las letras significaba algo. S era sabiduría, E no me acuerdo... Pero no nos terminaba de cerrar, era como que nadie quería un nombre así... Y cuando salió Pablito González dijimos “este es el nombre, este es el nombre para la Biblioteca. Porque Pablito significaba decir cuántos pibes hay que se mueren y pasan inadvertidos y a nadie le interesa nada, digamos. Acá un montón de pibes mueren en el cruce del Acceso Sur, por cruzar la calle, como perros. Se quería buscar a una persona que fuera representativa en relación a lo cultural y lo artístico del barrio. Que tiene que ver con lo que fue Pablito, que era un chico de la murga. […]”                                
Walter, 2005


El análisis de surgimiento, desarrollo y consolidación de una experiencia de participación comunitaria como la Biblioteca Popular Pablito González permite, más allá de sus particularidades, tomar contacto con buena parte de los procesos sociales que intervienen en la acción colectiva que desarrollan los sectores populares contemporáneos, para quienes las vías de politización quedaron, en muchos casos, ancladas  a la resolución colectiva de las necesidades compartidas en el propio territorio. Esta novedosa matriz espacial desde donde organizarse puede ser analíticamente integrada a una temporalidad particular (modos de relatar el pasado histórico, comprender el presente y ensayar perspectivas de futuro) asentadas en las urgencias cotidianas. Estos asuntos pueden explicar la presencia casi exclusiva de referencias intrabarriales tanto para lo que fue analizado como construcción de identidad como para la revisión de las características que adquiere, en este caso, la acción colectiva. […]
Como se vio , existen diferencias de criterios notables entre los diversos actores con capacidad de intervención en el proceso de construcción de identidad, perceptibles en las profundas discrepancias que surgen cuando se comparan las construcciones que fueron analizadas. El pobre que construye la prensa, en sintonía con el sentido común próximo a las atemorizadas clases medias (un pobre peligroso, marginal, otras veces invisible), y el que se proyecta en las acciones del Estado (un pobre asistenciable e, intrínsecamente, cliente cautivo) no es el mismo que plantean -de diversos modos y ensayando respuestas propias en un panorama por demás complejo- los pobres organizados. Pero, más allá de los límites (cuantitativos o políticos) que puedan señalarse, lo que interesa remarcar es que se apuesta a una construcción colectiva con la dignidad como estandarte para, desde esa base, llevar a cabo una acción transformadora.

Nazareno Bravo nació en Mendoza, en 1976.
 Es sociólogo (UNCuyo, 2001), doctor en Ciencias Sociales (FLACSO, 2008) e investigador de CONICET desde 2011. Docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales desde 2008. Ha dirigido dos proyectos de investigación de la SECTYP-UNCuyo: «La nueva cuestión social en Argentina» (2009-2011) y «Nueva conflictividad social y transformaciones identitarias en Mendoza» (2011-2013), y actualmente desarrolla una línea de investigación sobre juventud, politicidad y memoria.


El derecho a la ciudad en Mendoza. Política, memoria y espacialización de la lucha de clases. (2006-2008)    
MARIANO SALOMONE

[…]El 15 de marzo de 1993, el gobierno de Carlos Menem decidió cerrar el servicio de transporte público de pasajeros de ese ramal [el Ferrocarril General San Martín] y concesionar el negocio del transporte de cargas a la gestión privada. Desde entonces, gran parte de los terrenos en los que se ubicaba la Estación Central de Mendoza (36 hectáreas, aproximadamente) fue abandonada. En julio de 2007, tres colectivos sociales con sendas historias grupales deciden comenzar a reunirse para articular la defensa de esos terrenos públicos frente al avance de nuevos proyectos de privatización, principalmente ante los convenios firmados por el Gobierno nacional, el Municipio de la Ciudad de Mendoza y la Corporación Antiguo Puerto Madero S.A. para realizar la reurbanización de ese espacio en base a un importante emprendimiento inmobiliario privado.


“Yo creo que, sin duda, hay una toma de posición. Por momentos creo que es ante este sistema en el que estamos,  y es de alguna manera acercarse a la idea de que se puede recuperar de alguna forma un pueblo, se pueden recuperar otras formas de organizarse. [...]”               
Entrevista a Ciro, 2008


“Apareció la estación, y como que la estación nos involucró en toda la realidad argentina... donde los ferrocarriles... que era lo que unía a la Argentina, sobre todo esos pueblos chiquitos... Empezó a caer toda esa realidad y nos cayó la realidad de que no teníamos trenes, de que había sido incendiada por egoísmos, que... era tierra de nadie”.                   
Entrevista a Eduardo, 2007


“ Que pongamos el cuerpo todos a esto, porque, si no, nos van a comer el futuro. Ellos van a decidir por dónde van a pasar las calles, ellos van a decidir quiénes van a entrar y quién no van a entrar, los que tienen el poder, los que tienen la guita, ellos son los que van a decidir cómo se va a vivir, quién va a entrar y quién no. Y si no está la prueba de los barrios privados; si ya los empiezan a meter acá en la ciudad, listo... Vos vas a tener un lugar por el cual andar, y si no pertenecés a ellos, no vas a poder entrar, que es lo que pasa con los barrios privados. Es así, dejó de ser público. Por una cuestión de seguridad, cada vez hay más castillos, entonces es como en la Edad Media, hacemos el pozo y entran los nuestros nada más, y así es, pero no debe ser, y si nosotros no, o sea, si nosotros no nos unimos, todas las organizaciones, y tratamos de que esto sea más democrático, que sea un poco más para todos, va a terminar siendo lo que viene siendo, y no lo que debe ser”                   
Entrevista a Horacio, 2008

Mariano Salomone nació en Mendoza, en el año 1977.
 Es sociólogo (UNCuyo, 2003) y doctor en Ciencias Sociales (Uba, 2010). Se desempeña como becario postdoctoral del CONICET en el grupo de trabajo «Experiencias políticas, género y memoria», INCIHUSA, CCT-Mendoza. Ha transitado su formación dentro del campo de la sociología política en el cruce con la historia y la antropología. Sus preocupaciones teóricas giran en torno a las experiencias de los sujetos subalternos desde una perspectiva que tiene en cuenta la relación pasado-presente, el vínculo entre la experiencia personal y colectiva y la configuración de la dimensión subjetiva.


Las luchas campesinas en Mendoza. Reflexiones a partir de la acción colectiva de la Unión de Trabajadores Rurales sin Tierra.
GABRIEL LICEAGA
Existe una larga tradición en Mendoza que presenta la imagen de una realidad económica y cultural signada por la lucha entre el oasis y el desierto. El oasis, fruto de la laboriosidad, fuente de progreso, se habría desarrollado con el fuerte crecimiento de la vitivinicultura de fines del siglo XIX, dando origen a la “cultura del vino”, que impregnaría la vida económica, social, cultural y política de la provincia, como si fuera el “líquido amniótico” en el que ésta se desenvuelve, “como el ave en el aire y el pez en el agua” (Lacoste, 2004, p. 59). Es evidente que esta imagen, representada usualmente durante la Fiesta de la Vendimia, consagrada por las artes y la cultura, enseñada y aprendida en las escuelas, tiene una notable eficacia performativa y proporciona los marcos a partir de los cuales se piensa comúnmente la historia y el presente de Mendoza.
Claro está que la contraposición oasis/desierto tiene fundamentos geográficos e históricos. Pero es cierto también que los términos de la contraposición mencionada suelen ser portadores de una carga valorativa que lejos está de ser obvia; el oasis suele asociarse con el desarrollo, la riqueza, la belleza y la “civilización”, mientras que el desierto es asociado con la pobreza, la fealdad, la lejanía, la soledad y la “barbarie”. Este reparto desigual de las virtudes y los defectos entre el oasis y el desierto –simétrico al de la distribución del agua- ha llevado a que algunos autores hablen de cierta lógica oasis-céntrica en la constitución de los discursos y los imaginarios provinciales (Escolar, Martín, Rojas, Saldi y Wagner, 2011)


El surgimiento de la Unión de Trabajadores Rurales sin Tierra
Hacia fines de la década de 1980, y más firmemente en la década de 1990, surgieron en el país diversas organizaciones de campesinos, pequeños productores, pueblos originarios y agricultores ecológicos que se construyeron en pequeñas cooperativas y asociaciones de trabajadores rurales, uniones, coordinadoras, centrales y otras. Una de las organizaciones más conocida a nivel nacional dentro de este proceso es el Mocase (Movimiento Campesino de Santiago del Estero), que se formó en el año 1990 y que desde entonces ha sido una referencia importante en las luchas contra el monocultivo de soja y en defensa del modo de vida campesino. Este resurgimiento de la movilización política campesina se vio acompañado, a nivel latinoamericano, por un fuerte crecimiento y visibilización de las organizaciones de los pueblos originarios a partir de 1992, como resultado de las actividades realizadas tanto para festejar como para repudiar la conmemoración de la conquista de América. Significativamente, también en 1992 se conformó la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones de Campo (CLOC), y un año más tarde la Vía Campesina, una red de organizaciones de pequeños productores, indígenas y trabajadores rurales con presencia en África, Asia, Europa y América y que promueve la defensa de un modelo campesino de producción de alimentos. […]
La Unión de Trabajadores sin Tierra surge en el año 2002, en una época en la que el impacto de la reconversión vitivinícola se combinaba con la crisis general que vivía el país. Se forma en el departamento de Lavalle, ubicado al norte de la provincia de Mendoza, a partir del encuentro de grupos de pequeños agricultores, trabajadores rurales sin tierra e ingenieros agrónomos. La carencia de tierra para trabajar y las particulares dificultades para acceder al agua de riego se plantearon como problemas compartidos que darían origen a esta organización, cuyo lema fue, desde sus comienzos, “Tierra, agua y justicia para los excluidos del campo”.


“La forma de pensar que tenemos, más que campesinos o indígenas. Somos gente de la tierra, siempre hemos vivido ahí, que creemos en esa forma y nos parece la mejor para tener una vida digna. Es básicamente eso. Me siento identificado con esa forma de ver la vida. Nunca diría que “soy huarpe”. Somos lo que somos. Pero somos lo que somos por lo que estamos construyendo o por lo que nos parece que es mejor para todos, como luchadores, digamos”.

Entrevista a Armín, 2007


Gabriel Liceaga nació en Mendoza, en el año 1982.
 Es sociólogo (UNCuyo 2008) y estudiante de Filosofía. Ha desarrollado estudios en el ámbito de la sociología rural y la filosofía política. Ha sido becario de la Secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado de la Universidad Nacional de Cuyo y del Departamento Alemán de Intercambio Académico (daad) y docente en los niveles medio y superior. Actualmente es becario del CONICET y cursa el Doctorado en Estudios Sociales Agrarios de la Universidad Nacional de Córdoba.











El Chiquito Tramontina en Agosto


Encuentro azul en Agosto…
Nació por primera vez al sur de Mendoza.  Algunos dicen que lo trajeron los reyes magos, con camellos y mirra; estarán los que cuentan de cigüeñas francesas; yo creo que lo dejó un cóndor huarpe sobre una cuna de mantas italianas tejidas al crochet y puntillas españolas de bolillo…
Desde Chiquito lo acompañó su pasión por el arte, aunque quiso torcerle el brazo al destino entre las tenazas y escalímetros que le exigía la escuela técnica. Pero “el amor es más fuerte”, rezaba una canción, y, todavía Chiquito, cargó su equipaje de artista para sumergirse en los mundos del diseño, el teatro, la escritura, la radio, la política. Luego recaló en la docencia…

Nació muchas otras veces, en las aulas de la facultad, en los sueños de revolución, entre las alas de Ave y las demás muchachas, en el frío de la Payunia junto a la sabiduría ancestral, en los arenales de los Altos limpios y más regiones de Lavalle, en el constante intento de escaparle al “Sistema”.

Maestro por equivocación, jubilado de la docencia pero no de los aprendizajes, escribidor de textos y poesías, escapador cuando puedo de las alienaciones del System, prisionero de los afectos, esclavo de la honestidad, temeroso usuario de la palabra, contestatario cuando puedo y a veces quiero, vinófilo de los Rojos de Perdriel especialmente, salvo cuando "el agua brota pura y cristalina de la madre tierra", vividor consuetudinario y con suertes extraordinarias. Creo que todavía estoy vivo. En la primavera del 2.010 me murieron la poesía nuevamente y unos cuantos pedacitos de corazón. Pero he vuelto, "cantando al sol como las cigarras”, a sobrevivirme. ¡Es tan bueno estar vivo!” así se define en el perfil de sus blogs.
Se lo suele ver por las regiones de los hijos de Huar, como un Quijote criollo de Huanacache, con palabras en prosa o verso como lanzas y montado en bicicleta, automóvil, colectivo o moto chopera…
Escritor comprometido con la política y la historia, no prescinde de los sentimientos para producir textos panfletarios. Al contrario, su versión de los sucesos a partir de los años setenta, de los que participó activamente, está imbricada con los afectos, tanto amores y belleza, como sufrimiento, rabia, desamparo. En la mayoría de ellos, las mujeres ocupan un lugar primordial. 
La vida es eterna en cinco minutos, cantaba Víctor Jara cuando nos cantaba a nosotros sin conocernos. Así fueron los cinco minutos con Mariela cuando amanecía 1973. Así fueron los cinco minutos con María de los Mares en 1974, y así de felices pasaron los cinco minutos cuando a María Ave y a mí nos pasó el 1975. Luego llegó ese absurdo julio de 1977 pensando un adónde ir con los dos pasajes en tren, comprados para intentar escaparle a las putas amapolas de plomo.” Cuenta en uno de sus escritos sobre las mujeres que organizan el libro  “Amapolas de plomo. Puñaditos de arena”. “Adónde ir ahora con los dos pasajes en tren, qué sentido tiene encarar para el sur con sólo un pasaje abierto en el corazón, una cuadra para Mariela seguir, una cuadra para María de Los Mares seguir, un pasaje para María Ave seguir…” escribe en las páginas finales de su novela.
Su obra, porfiada y audaz, avanza con decidido despliegue.  Desde 2004, y durante cuatro años, realizó el espectáculo literario y musical “Gracias por los hijos”, junto al músico Jorge Cuello y en homenaje a la lucha de las abuelas de Plaza de mayo para recuperar los hijos apropiados. En 2011 publicó el libro “Amor Urbano Railway Espress, Teatro Absurdo”, texto que refleja la alienación urbana y política de los ’90, la “monetización” de los Bancos Mendoza y Previsión Social y el amor como posibilidad de emanciparse del mundo de las pesadillas. En 2012 presentó, en el marco de la feria del libro, la primera parte de su novela “Amapolas de plomo, Puñaditos de arena”, texto profundo y muy bien documentado, que ficciona momentos difíciles de nuestra historia reciente. El libro está escrito con el corazón latiendo en cada letra, con un toque de comicidad sin golpes bajos. En este momento está en galera la segunda parte de la novela. Además está trabajando en un libro de poemas, Crónicas del bodrio ojeroso y otros cuentos y un relato infantil. También sostiene los blogs: Geografías del Fuego en Huanacache, Antiguos Soles, Supervelocidad y participó del blog Taller literario.
 Forma parte del grupo de artistas que gestaron la “Celebración del año nuevo del Sur” junto a los poetas Juan de la Maza y Rubén Vigo y al músico Leandro Poroyán.

Gigante en su envase pequeño; caminante sobre las latitudes y longitudes de las lagunas, cerros, cañadones y alturas, ya sea de estas tierras del oeste, como de las féminas –y no solo de estas comarcas-; el Osvaldo Chiquito Tramontina es el escritor invitado al Kallfu Trawün de agosto.   




Arquitecturas imposibles

Tu cuerpo amante, largo arco extendido, sinusoidal y llankanelo
amanecerá profundo de caricias  y volcanes.


la regia piel de tu contorno seguirá dilatada
en la exacta dimensión de los asombros.

Sin temblores ni penumbras, en quietudes laxas
mis manos de madera en tu cintura de laguna
serán torpes aprendices de horizonte

el sol que nos tendamos
hará que nos vuelen en mil fuegos lenguas incendiarias
penetrando las gargantas
explorando subterráneas
el ala de los pájaros
embriagando de amaneceres nuestros párpados.

A la hora cinco de la mañana
de aquel día de diciembre
le sucederán longitud y latitudes en  cantidades naturales
y luego otras horas y más horas y distintas
e incomprensibles dimensiones.
Para ese entonces, el fuego de los fuegos
en nuestros cuerpos presurosos, incansables
seguirá construyendo arquitecturas imposibles.
Los dedos continuarán sus laberintos misteriosos
desgarrando ropajes de urbanidades solemnes.

tenues montañas de aire evanescentes latitudes de epitelios.


Pero no tendrá importancia el tiempo y su transcurso
en esa mañana única, un día único de diciembre.


 lo marcarán indelebles nuestros cuerpos
aunque comience a ser pasado el presente de ese día
y la hora cinco de la mañana
haya envejecido
el último día de diciembre.


Informe sensorial de matemática geografía

 Desde los pies de María Inés el camino del deseo 
ha empezado decimal por cada uno de sus dedos. 
Será por ello aritméticamente certero encontrar sus piernas, 
esas finas sinusoides singularmente perfectas. 
Los tobillos que apenas abultan, naturalmente óseos, 
orográficos, son la delicada insinuación  
que con sus mínimas redondeces constituyen piedemonte sensorial 
precedente de los muslos, unos ríos epidérmicos 
que corren impetuosidades de llanuras, las cuales, por cierto, 
se extienden voluptuosas y determinadas hacia el norte ecuatorial.
Por la estepa espaldar se puede llegar a una interesante curvatura geoidal denominada Cadera Típica de Roja Manzana. 
Si este sector yacente girase con autonomía  a ciento ochenta grados, 
sería muy probable que al recorrerlos con los segmentos precisos de los dedos 
se provoquen hipérboles sobresaltadas 
en el leve vello erizado y triangular que le antecede.
Considerado en su total totalidad, 
el cuerpo epitelial de esta mujer es un tanto mediterráneo, 
greco-itálico, muy sensual, y claro está, 
exquisitamente femenino. 
Sin embargo, o quizás por ello, es dable recorrerlo 
como si se fuese nativo de pueblo original, es decir 
geográfica y minuciosamente uspallatero. 
Como tal buscar las voces antiguas de su canto, 
explorar sensorialmente las redondeces volcánicas, 
sobrevolar sus alturas sin cuerdas ni hipotenusas, 
encontrar las articuladas muñecas, 
descubrir el justo ángulo de los codos.  

El breve hombro es toroidal. 
El cuello, suficientemente preciso, 
pero imprescindiblemente necesario de ser besado 
con el suave y arrítmico aleteo de una mariposa en el verano .
Ascendiendo fogosidades indetenibles 
se encuentra la enbalconada y firme mandíbula mediterránea, 
singular, romana o pitagórica, donde se descubrirá 
lo congruente que resulta su boca con la de uno, 
y ya dentro de ella, los arcos, cuerda y flecha 
de nuestros labios horizontales y perpendiculares a su lengua. 
¡Ah, su lengua ! Decididamente geográfica y de fuego, 
ardiente Llankanelo para nada racional ni matemática, 
humedece inquieta, los contextos de las ciencias.
Desde los labios frutales a durazno 
hay que dejarse caer por los aires del asombro, 
descubrir la lluvia aleatoria de cabellos, 
la tierna geometría del oído, sus laberintos presurosos de deseo. 
Detenerse, sólo un instante, frágil de tiempo como todo instante, 
para dejar en él un beso, suave y silencioso,  
y tal vez, un último y leve mordisco lobular. 
Si el explorador queda extasiado davinciano del cuerpo 
ahora semidesnudo pero siempre plenisensual, 
resultará conveniente que luego de teorizar y experimentar 
para construir estos postulados, y sus efímeras hipótesis, 
se deje que el cuerpo mencionado empiece a descansar.  
Alejar de sus oídos y miradas, al menos por algunos momentos, 
los desvaríos verbales e intrascendentes 
con que se pretenda sabiduría epigramática y darle 
tranquilidades racionales a sus párpados y los sueños, 
las manos y el deseo.
Terminando el recorrido precedentemente descripto 
estará permitido con sumo cuidado de no despertar atardeceres, 
encender un cigarrillo, negro, buen tabaco, 
e ilógicamente fumando, dudar de todas las certezas.  
Así predispuesto, mirando hacia el rectángulo regular de la ventana 
deberá decirse que  si se está aquí jugando con las palabras y las matemáticas 
debe ser porque a la vera de Mariángeles Francesco 
ya no tienen sonrisas melancólicas las mañanas.  
Se deberá creer a pie juntillas, es decir, de pie o no, 
pero siempre junto a ella, que habrá un mañana y que al verano 
le seguirá el otoño con toda naturalidad. 

Sucedió en julio.
Sucedió en julio.
Esta semana, para ser más preciso.
Cuanto te vi entre los puestos de flores de La Alameda, me enamoré de vos en un instante. Pero a mi corazón le provoqué un vuelco tan grande, que el músculo, sereno palpitante hasta ese entonces, se me cayó del pecho y huyó despavorido por la calle, preso de gran agitación.
A riesgo de morirme, aunque molesto por tan repentino capricho, salí tras él esquivando rosas, crisantemos y amapolas, claveles, transeúntes y floristas.
Conseguí alcanzarlo, poco antes que intentara ahogarse en una fuente para pájaros.
Allí, imperativo, lo detuve. Lo conminé a que volviera. Le exigí que retornara presto a su lugar de costumbre. Le expliqué que no por conocido, su latido me era prescindible. Y otras razones que me parecieron válidas, todas, totalmente lógicas.
Pero no hubo caso, se negaba a obedecer y yo, cansado de la dialéctica polémica, fui subiendo de tono y creo que hasta llegué a amenazarlo con algo, pues repentinamente salió como disparado hacia el centro, y, claro está, yo tras él.
Demás está decir que iba haciendo el ridículo, pues lo corría con mi mano derecha tratando de ocultar el hueco que había dejado en mi pecho, para que la gente no me preguntara porqué mi corazón me abandonaba, y menos aún de semejante manera.
Llegando a Garibaldi y San Martín, conseguí alcanzarlo, pero me eludió con sorprendente habilidad, se subió a uno de los semáforos cuya luz le guiñaba luces cómplices y desde allí, no casualmente, comenzó a increparme mientras se detenían los vehículos y sonaban atronadoras las bocinas de los conductores apresurados de siempre.
Una pequeña muchedumbre se juntó de inmediato, preguntando los de más atrás a los de más adelante
-¿Qué sucede, qué pasó, usted lo vio, cuándo y cómo empezó todo?. Los policías vigilantes del sentimiento, como siempre interrogaban.
-¿De quién es ese corazón sospechosamente colorado que diatriba?
Algunos estúpidos abstractos se sumaron opinando
-¡Como siempre alguien haciendo nada!
-¡Puras manifestaciones, nadie quiere trabajar, imagínense, hasta los bobos hacen huelga en este mes!
-Ahá- añadió el policía complaciente: éstas, son cosas de temer!
-Ay, Paquita, que nos quedará por ver- agregó una viejita a su vecina, con los bolsos de las compras en la mano, al tiempo que resonaba claramente un
-¡Mujeriego empedernidoo!- gritado por mi envalentonado corazón que me señalaba más rojo de bronca que por la costumbre.
-Me das malos tratos. Tomás vino. Escribís poesías... ¡amás en demasía y sin descanso!. Pretendés meter en mí todas las nostalgias de Anabel y de Mariela, de Gilda como de Silvia…y no sigo enumerando porque esta lista se sigue agrandando, y ahora encima hasta soñando con una inexistente Nahira. Euuu, che, nop, ya es demasiado, ya no estoy para estos trotes... ¡Qué se yo cuántas cosas más me dijo… si hasta terminó por acusarme de contubernio con la prosa y poligamia con las rosas!
Y la gente anónima creciendo en número, y yo mirando para otro lado, y ya llegaron de los diarios, el multimedio de las radios y hasta los bomberos voluntarios...
Debí haber imaginado que no resultaría común que un corazón se encaramase a un semáforo a despotricar contra su dueño, así es que cuando más de una vecina solterona y envidiosa de amapolas comenzó a solidarizar con él, mi corazón, a voz en cuore, me lanzó desde la esquina, entusiasmado por tan inesperado como efectivo apoyo, su tremendo ultimátum.
-¡O yoo...! - me gritó con su voz temblorosa de actor aficionado- o vos y tus mujeres, el vino, las rosas y la prosa.
Es cierto. Interiormente me identifiqué con lo franca y decidida de su actitud subversiva. Pero no obstante, con la cabeza en alto y una sonrisa a flor de labios que en ese momento de euforia sé que él no entendería, me alejé sin contestarle camino de retorno a la Alameda, soñando nuevamente en rosas, crisantemos, amapolas y claveles, y esquivando transeúntes cada vez más apresurados.
A unas cuadras de distancia, poco antes de volver a encontrarte, me di vuelta y lo miré. Ya estaba sentado en el tierno regazo de una joven periodista, repitiendo su historia, mucho mas calmado, nuevamente enternecido, de nuevo rojo y palpitante, y tontamente enamorado otra vez, como yo me imaginaba.

Si te cuento todo esto, Muchacha de Julio, es porque desde ahora deberemos apretarnos juntos, muy juntos, para que pueda compartir tu corazón. El mío quizás retorne, nostalgioso, por la primavera. Mientras tanto, por favor apretame fuerte. Muy fuerte.
Mendoza es fría en julio, y yo estoy sin corazón.







Alas grandes

- Hunuc es el nombre de mi nombre –
dijo el antiguo dios que de la nada
había empezado creándose a sí mismo
en un gran todo con el aire
y con la tierra toda que inventaba.

Así que hubo tenido un cielo enorme para el aire
y una tierra toda entera con sus fuegos, pensó
que debía haber un algo más y entonces
extendiéndose en Alas, y con ellas abarcando
todo el ancho espacio del Cuyum, dicen que dijo,
aquella vez que por primera vez iba pasando.
- Ah, país recién creado...
que a partir de las arenas plenas y amarillas
se inicie el todo en un vital movimiento.
Que estén verdes de muy verdes el jume y el chañar
el junquillo, la totora y la jarilla
y existan de sustentos la quinoa
el maíz y la algarroba...
Esto es lo que por ahora pienso.

Que esto sea, lo primero que me invento.

- Así diciendo lo que decía
fue que el Dios iba creando lo que creaba.
Con gajos de aire y un poco de agua
hizo, con las humedades Náyades
y con ellas en las alas se fue volando
sobre cada una de las tierras y los valles.
Levitando hacia las cumbres se hizo grande
cada vez más grande entre los cielos
sobrevolando cada vez más altas las alturas
con sus muy altos pensamientos.

Así, soñando que volaba,
y en sus sueños soñando que creaba
iba el dios más grande de los huarpes
investido Cóndor majestuoso de Los Andes.