Llenos
de cantos y flores, un nuevo setiembre, un intenso Kallfu Trawün.
Kallfu
es azul. El azul es el color desde el que descendió el primer mapuche, es la
vida, es el origen.
Setiembre
es el mes para renovar la vida. Aquello que permaneció dormido, oculto debajo
de las mantas, sale a la superficie y busca el Sol. Los pájaros cantan desde el
amanecer y los verdores tiñen de belleza los parques, las plazas, las calles. El
21 es el día marcado para celebrar la fiesta, la de la vida que se vuelve color
y calor, la de las chicos y chicos, estudiantes y primaverales, la celebración del
amor.
Por eso en Kallfu Trawün, nuestro espacio
literario, invitamos a jóvenes escritores y escritoras, para que llenen con sus
cantos nuestro cielo de pajaritos de pañolenci y tierra de arpillera, que
apenas es el soporte para aromar con literatura las actividades del Espacio de
Arte y Cultura. Poemas y cuentos con la compañía de los cuadros de Sol López y
las canciones joviales y apasionadas que seguirán resonando, serán las flores
que nos colmarán de primavera. Disfrutemos de la creación.
En
mi jardín
Mis
plantitas no tienen agua
la
regadera fue a pasear
el
rastrillo juega a la escondida
¿qué
guitarra me despertó?
la
guitarra sigue cantando
me
gustaria ir con mi barrilete pero esta lloviznando
la
rana perdió el chaleco y ahora no tiene que ponerse.
Las
nubes taparon el sol ahora nadie puede ver.
Agustina
Reyes (2013)
10 años
Canción
No sé si amar es vivir
no entiendo como pasa la vida
grita y entiende como cambia.
Sigue, sigue que tu puedes.
Cambia la vida de los demás
quiero vivir la vida entera,
quiero vivir mi corazón
quiero vivir cantando rock
si hay amor hay tristeza
nunca te voy a olvidar.
Quiero vivir la soledad
quiero vivir la amistad
quiero vivir los sueños.
Julia Reyes (2013)
7 años
Los Piojos
Una mamá robot lleva a su hija robotita al médico: le
había encontrado piojos.
-Hola señor, traigo a mi hija porque tiene piojos.
-¡Piojos! ¿En una robot? No puede ser... -dijo el
doctor.
-Sí, señor, ¿los quiere ver? -le preguntó la nena.
-¡Ah! Ya sé lo que pasó, se está volviendo humana
-contestó el doctor.
La mamá le susurró a la hija:
-Hija, vámonos que él se está volviendo loco.
Chiara
Biskupovich Pflugler (2014) 8 años
Recuerdos
Oye cantar el viento
Sus canciones llevan
recuerdos
Tal vez no de tu agrado
Pero por ahí oyes mi pasado
Yo una vez oí el tuyo
Y por eso yo te hablo
Oye al viento
Que canta recuerdos
Felices y tristes
Oye al viento
Que no solo lleva cenizas y
tierra como en los cuento
Facundo
Marchevsky (2013)
15 años
Pétalos
Caen pétalos azules
De las flores del árbol
blanco y sincero
Caen por todos espero
Por todos los vientos secos
Y risas de los mares y océanos
viejos
El fresco aroma a hoja
Se desvanecen al tocar el
suelo
Un último pétalo
Dejando su destello.
Facundo Marchevsky (2013)
15 años
Te rompe la cabeza
La
cabeza está salada, muy insertada,
en
el momento de luz más divertido
no
prestando atención a la oscuridad más iluminada
el
pensamiento la hipnotiza como un gran pervertido.
El
árbol lo saluda, pero él no le contesta con mala educación
pero
ella tampoco escucha la canción,
lo llaman las flores, por la obligación no
presta atención.
La
dulzura está muy agria, no siente la estación.
Sus
ojos ciegos viendo como sufre su cabeza
después,
se calma y se piensa
como
tu alma en la pereza
la
cabeza de tu amigo es más extensa.
Su
sonrisa quieta, pero el deber todo controla
no
quiere desmentir su verdad,
ah…
después la luna queda sola.
La
mente no goza la realidad.
Alejo Maure (2013)
13 años
Un desconocido, viéndome
pasar entre la multitud,
pensaría que soy un robot que besa con amor ciego
un camino construido sobre fragmentos de un mundo
cambiante
y olvidaría que soy
alguien
que se levanta para responder a la adversidad,
que responde a las preguntas de los demás,
y que, a la hora de la verdad,
la vida no tiene una voz clara para responder las
mías.
Mi figura suele ser abstracta
ya no busco que traten de entender
comprendí que nunca sirvió la pena que sintieron
la calma donde me escondí,
la calma con que muy en el fondo guardo una bomba
furiosa de hace tanto,
que no necesita de quietud ni de silencio....
Es ahí donde estoy
donde cada día debo odiar,
debo
amar,
debo vivir al lado de ella.
A veces me canso de ser alguien
que en el pasado nunca se supo discernir
¿qué es lo que quise y qué lo que quiero.?
Mis héroes marchitaron
no espero rescate,
ni que entiendas,
ni que hables.
Después de tanto tener que entender,
permaneciendo inquieto, ecuánime,
llegando al borde siendo esa bomba,
aguantando las ganas de estallar
y sentirme lo más pleno posible.
Después de tanto repetir,
pregunto
¿qué me obliga a
seguir así?
Aurora Karinty (Andrea)
En
carne viva
El cuerpo grita con sangre
lo que tú callas por decencia.
Un odio corrosivo
pudre tus venas,
te envenena las ideas.
Silencio,
alguien llora.
Son tus manos
encallecidas de trabajo,
son tus pies
llagados por la marcha
No hables,
igual te escucho.
Escucho tus ojos pidiendo auxilio,
escucho tus oídos rogando tregua.
Grita, el mundo es tuyo.
Calla, el silencio te pertenece.
Candela Morón
¿Quién
eres?
Entré a mi habitación, caminé
hasta mi cama. Estaba exhausta, me ardían los ojos y me latía la sien. Me
acosté sin siquiera desvestirme.
Luego de unas horas, oí una
voz que me llamaba, me era tan familiar, pero no era la de mi madre, ni la de
mi padre.
-Acércate, acércate -me
levanté abruptamente.
-¿Quién eres? -pregunté
asustada.
-Acércate y lo verás -esa voz
provenía de mi espejo.
Caminé
hasta allí y volví a preguntar:
-¿Quién eres?
Y la voz volvió a responder:
-Acércata y lo verás.
Estaba asustada, pero la
curiosidad pudo conmigo. Me acerqué con cautela y me di cuenta que estaba
frente a mí misma. Toda lógica indicaría que viera mi reflejo, pero aquí algo
no cuadraba. Ese reflejo hablaba conmigo en vez de repetir sin sonido los
movimientos de mi boca.
-¿Qué quieres?-le pregunté
nerviosa.
-Libérame y lo sabrás-me
respondí. No yo, sino mi reflejo, aunque tampoco estaba segura de que fuera mi
reflejo, entonces, ¿qué era?
-¿Por qué estás atrapada?
-Porque tú no me liberas.
Entonces el reflejo se acercó
más a mí, tensando el espejo pero sin poder salir; arañando el cristal. Con el
cabello en la cara y los ojos profundos, preguntó:
-¿Quién eres?
-No lo sé -respondí.
-¿Qué quieres?
-No lo sé.
-¿Por qué estás atrapada?
-¿Lo estoy?
-Si no lo estuvieras podrías
responder a mi primera pregunta ¿Quién eres?
Candela
Morón
¿Puedo responder
con una pregunta?
Un
día, la vida, la muerte, el bien y el mal se juntaron. Caminaron tranquilamente
en silencio por los verdes prados del lado de la vida o los campos secos y
áridos del lado de la muerte. En su lento andar, se encontraron con un niño
sentado sobre una roca. Estaba tranquilo sin ninguna preocupación a su
alrededor respirando el aire fresco de los campos. Al verlo solo, el bien y el mal se pelearon por quién lo
cuidaría. Sin poder llegar a un acuerdo decidieron que el pequeño decidiera. Se
presentaron ante él sin miedo de mostrar quiénes eran. El niño, de manera
inocente, le preguntó: “¿Quiénes son?”. Cada uno se presentó a su manera,
dejando saber quiénes eran.
Las
horas pasaron mientras cada uno le explicaba los motivos de porqué debía
elegirlo. El bien respaldado por la vida, dio grandes discursos de justicia y
honor. El mal, con su espalda cuidada por la muerte, dio los mismos discursos,
pero con sus propios ideales.
Cuando
ambos terminaron, pidieron el veredicto final al joven. Éste, con un dedo sobre
sus labios, preguntó: “La respuesta, ¿puede ser una pregunta?”. Todos
respondieron de manera positiva, a excepción de la muerte que guardó silencio y
se sentó en una sombra.
“Él
dice que es el bien y afirma que el otro es el mal, pero el otro afirma que él
está bien y que el que lo acusa está mal. Entonces, ¿quién es el bien y quién
es el mal?” Las inocentes palabras de un niño dieron nacimiento a algo muy
grande. Para ese entonces la muerte lo había tomado de la mano y se lo había
llevado con ella. La guerra llegó junto con la noche.
Aun
así, por estos días, de vez en cuando nace un joven que se pregunta: “¿Para qué
diferenciar el bien del mal? Si por mucho que queramos solo vemos el mal y el
bien de manera que nos conviene”. Y cuando la duda adulta
asalta al pequeño, éste siempre responde: “¿Puedo responder con una pregunta?"
Liber Díaz
“Porque no
siempre hay una respuesta
correcta, sino una duda a ser entendida”
El triángulo de verano
El
hombre en su nacimiento pasó por cuatro etapas, en las cuales sus padres o
creadores les dieron forma y sabiduría.
La
primera solo era un montón de carne y huesos, sin capacidad de pensar, sentir o
articular una palabra. El error fue tan grande y desastroso que lo dejó a
merced de las bestias que deambulaban la tierra, indefenso y tonto. Este hombre
casi llegó a desaparecer del mundo.
En
su segunda etapa, se le entregó un instinto al cual seguir. Con esta nueva arma
a su disposición, el nuevo hombre se levantó de su propia tumba y comenzó a
caminar por el mundo más seguro. Años pasaron hasta que la falla que el padre
cometió se hizo presente, la falta de razonamiento e inteligencia le jugó en
contra al desdichado humano. El pobre, al solo seguir su instinto, comenzó a
morir de enfermedades por el frío o las malas condiciones en las que vivía, los
venenos naturales gangrenaban su carne y volvían ácido su sangre. El padre, al
ver lo desdichados que eran estos seres, decidió entregarles algo más.
El
dicho dice la tercera es la vencida, pero en esta etapa no sucedió así. El
hombre esta vez recibió el razonamiento y el conocimiento. Con esto el hombre creó
casas, vestimentas, descubrió el fuego y inventó armas. Con casi nada de haber
renacido de las cenizas de sus antepasados, esta nueva generación comenzó a
consumirse más rápido que sus anteriores. La codicia nació en esta nueva
etapa, cegando al recién nacido, matando a un superior o quedándose con el
trabajo de otros. Esta vez fue la mano propia la que casi mata al humano.
En
la cuarta etapa se los castigó con los sentimientos. En este cambio repentino
todos entraron en un estado de confusión, que les hizo llorar la muerte y
honrar al caído. El desorden llevó a la estructuración de una nueva forma de
vida: la sociedad. El hombre se separó en grupos, lo que facilitó el trabajo y
dio a luz algo nuevo: la amistad. Pero la codicia seguía latente en la sangre
de los jefes. Este hecho la volvía general entre los de su pueblo el cual lo
apoyaría hasta la muerte. Ese verano, el caos visitó nuevamente a la pobre
especie. Uno por uno fueron cayendo en las frías manos de la muerte hasta que
quedó en pie solo uno.
El
castigo fue inminente, el pecado de matar a sangre fría entre ellos fue
imperdonable. Esta vez no se le dio nada, sino que se les separó. El
razonamiento, los sentimientos y el instinto quedaron por separado en
diferentes cuerpos. Cada uno tenía, acompañándolos, a otros con sus mismas
características. El desorden volvió, pero el orden no acudió al llamado de los
hombres. Sin esperanzas, se resignaron a su muerte. El “Instinto” no se quiso
dejar llevar por la parca, por lo que se separó del resto junto a aquel que no
deseara morir, llevando consigo a miembros de los sentimientos y el
razonamiento. El “Razonamiento” al ver los actos de sus iguales tampoco se
quedó quieto, llevó consigo, al igual que el “Instinto”, a todo el que tuviera
la misma idea que él. En cambio, los “Sentimientos” se quedaron con los
asustados, dándoles el amparo de la noche, bajo su tutela.
El
tiempo pasó. Los grupos fueron cambiando gracias a la cooperación de las tres
esquinas. Los sentimientos crearon el amor, el razonamiento y los instintos
decidieron seguirle el juego. El instinto usó su memoria y resucitó las
antiguas artes de sus difuntos antecesores. El razonamiento creó la ciencia,
junto con la tecnología, para facilitarles la vida a todos. El mestizaje nació
en esta etapa de cambio, dando a luz a fusiones de los tres estados.
El
“Razonamiento”, el “Instinto” y los “Sentimientos” un día decidieron volver a
verse. Los primeros en nacer, debido al castigo, esta vez poseían algo que los
sentimientos habían creado. Lo llamaron “nombre”. Altaír, el “Razonamiento”;
Deneb, los “Sentimientos” y Vega, el “Instinto”. Al verse de nuevo forjaron una
gran amistad, que les trajo felicidad, beneficios y satisfacción. Vivieron muy
unidos y separados al mismo tiempo, ya que se dieron libertades entre ellos.
Los
“puros” murieron una noche estrellada, en la cual tres estrellas brillaban muy
intensamente. El razonamiento creó una constelación, a la que llamó: “el
triángulo de verano”. El instinto hizo caso omiso a este hecho. Y los
sentimientos crearon una leyenda, esta decía:
“Cuando
tres hombres que posean la tres características humanas, por separado, en un
estado más puro que los demás, estos tendrán una relación duradera y feliz. Se
complementarán entre ellos/as y se facilitarán el trabajo mutuamente. Éstos
encontrarán la paz en la situación que sea.”
Liber Díaz
“Que tu corazón guíe tus pies, tu mente tus ojos
y tus
instintos tus manos. Pero no olvides juntarlos
para que ellos sean felices y tu
cuerpo se armonice.”
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